La Coordinación Étnica Nacional de Paz
CENPAZ, es una confluencia de autoridades,
líderes/as y organizaciones Indígenas, Negras,
Afrocolombianas, Raizales y Palenqueras, que
defienden los derechos territoriales, humanos,
étnicos y culturales. Surgimos en marco de la
incidencia directa en la negociación del
Acuerdo de Paz de 2016 como participes en la
concertación y elaboración del Capítulo Étnico,
como un tercer actor en la mesa en Cuba.
En CENPAZ nos encontramos: la Coordinación
Nacional de Pueblos Indígenas CONPI, la
Coordinación Nacional de Comunidades y
Organizaciones Afrocolombianas CONAFRO, la
Asociación de Comunidades Construyendo Paz
en Colombia CONPAZCOL, y la Federación de
Pequeños y Medianos Mineros del Chocó -
FEDEMICHOCÓ. CENPAZ es una de las
plataformas de nivel nacional que conforma la
Instancia Especial de Alto Nivel con Pueblos
Étnicos (IEANPE) y la Comisión de Seguimiento,
Impulso y Verificación a la Implementación del
Acuerdo Final (CSIVI), máxima instancia para la
implementación del Acuerdo de Paz de 2016.
Con las nuevas negociaciones en curso, reconocemos que los pueblos en Colombia somos quizás en el
continente y en el mundo uno de los mayores actores que conoce sobre como hacer PAZ desde una
perspectiva amplia y ecosistémica. La hoy llamada Colombia en su larga noche de los de 500 años, ha
estado sumergida por una guerra a la que hemos sobrevivido y enfrentado con dignidad los Pueblos
Originarios, Indígenas y los Pueblos Negros y Cimarrones, Palenqueros y Raizales. Abundan las historias de
los movimientos de liberación y lucha contra el invasor europeo de Tisquesusa y el Pueblo Muiska, de los
Pijaos, la Cacica la Gaitana y los guerreros Caribe, así como de los Palenques de Benkos Biojó y Barule, y
los primeros territorios libres del Pueblo Negro. Así mismo y esta documentado fuimos los indígenas, los
negros y los campesinos los que derrotamos al invasor europeo en el movimiento de independencia hace
200 años.
En tiempos de la república son bastiones de inspiración el Movimiento Indígena de Manuel Quintín Lame y
los procesos de liberación de la madre tierra ante la estructura del latifundio colonial heredado. ¡Liberar la
madre tierra para liberarlo todo!, aún se grita en los campos colombianos con las justas luchas de Quintín
y de sus pueblos.
También hemos enfrentando el Conflicto Armado Interno surgida con el asesinato de
Jorge Eliercer Gaitán (1948), al que las élites llamaban despectivamente como “el indio” y hemos generado
resistencias activas, alternativas de vida digna y procesos pacíficos y espirituales. Y estas luchas, solo por
nombrar algunas.
Aún con la intención de eliminarnos resistimos al genocidio y somos esperanza en movimiento.
Así mismo, nuestros pueblos han sido protagonistas de los movimientos sociales y populares que en las
últimas décadas han permitido hablar de cambio, poniendo agenda política y organizativa desde los
territorios para la disputa por la construcción de paz, en uno de los países que ni siquiera en su nombre,
Colombia, “la tierra de Colón”, ha dejado desde sus “élites” de pensarse desde el racismo, la
discriminación y la desigualdad. De la lucha política de la Constitución de 1991 se conquisto el
reconocimiento de los derechos colectivos de los pueblos sobre los territorios y el gobierno propio, que hoy
ha resultado en que la titularidad, aunque no todavía en la gestión total dado las ausencia del Estado y la
guerra, de al menos el 40% del territorio colombiano este en manos para su salvaguarda de los pueblos
indígenas y negros.
¿Y Dónde están esos territorios? La gran mayoría en la Amazonia, el Pacifico Biogeográfico y los Territorios
Andinos de Alta Montaña, donde como guardianes milenarios de la biodiversidad natural, de los
ecosistemas y de los saberes ancestrales hemos logrado dar batalla al sistema colonial, capitalista y
patriarcal, que tiene un objetivo común: la destrucción de la naturaleza y con ella de los tejidos
comunitarios hermanados de los seres mayores en este planeta: las Lagunas, las Montañas, y Los Mares
con su espiritualidad femenina, el Jaguar, el Cóndor y todos los animales sagrados y plantas de
conocimiento como el Tabaco, la Coca y el Ayahuasca, que el capitalismo y la mirada del blanco
colonizador, quiere volver otra mercancía más y explotar y destruir.
Así que claro en Colombia, de donde sabemos hablar de Paz, entendemos que es con la naturaleza.
Desde nuestros pueblos originarios hacemos el llamado a reconocer que en el orden de la biodiversidad,
los seres humanos como nos lo ha enseñado la Ley de Origen y el Derecho Mayor llegamos de últimos a la
creación con el mandato de proteger y cuidar la vida como principio de hermandad. A diferencia del
blanco europeo que se quiso ver como centro del mundo e “ilustrado” y puso la naturaleza a sus pies,
desde los territorios entendemos que la armonía con la naturaleza para la construcción de paz, solo será
posible desde la horizontalidad y el rompimiento de las cadenas mentales y físicas que siguen afectando
a nuestros pueblos y a la humanidad.
La lucha contra el capitalismo en que la que seguimos comprometidos desde nuestras espiritualidades no
colonizadas, desde las Guardias Indígenas y Cimarronnas, desde el conocimiento y el saber propio, desde
la agenda política para el país y el continente que soñamos sigue mas viva que nunca! Para finalizar
llamar a la fuerza de las voces de las mujeres que caminan en CENPAZ para la humanidad, que
ancestralmente siguen retumbando desde sus primeros pasos en estos territorios que habitamos, con los
tambores y las quenas y los silbidos...
“Sí, usted comadre, partera, cuidadora, gestora, guardiana, protectora, luz, vida...
Este es un llamado, un grito conjunto que busca hacer eco, y por eso son palabras para el convite, la
minga, la juntanza, y a partir de la cual..
Nos Requerimos... Nos Necesitamos
¿Para que la historia de 528 años de deshumanización sino para volvernos libertarias? ¿Para qué, sino
para sabernos guardianas de los saberes que permiten a la vida ser vivida, ser, armoniosa, ser
querida?”
Declaración Encuentro de Mujeres CENPAZ.
(1) CENPAZ es una de las plataformas de nivel nacional que conforma la Instancia Especial de Alto Nivel con Pueblos Étnicos (IEANPE), surgida del Capítulo Étnico del Acuerdo de Paz de 2016, la cual tiene como mandato hacer seguimiento e impulso implementación de los acuerdos de paz, suscrito entre estado colombiano y las FARC-EP, y las funciones de actuar como Consultora, Representante e Interlocutora de primer orden de la Comisión de Seguimiento, Impulso y Verificación a la Implementación del Acuerdo Final (CSIVI), las entidades del Alto Gobierno de Colombia y los acompañantes internacionales a la implementación del Capítulo Acuerdo de Paz en sus 6 Puntos.
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